El glamour de los grandes diseños de la compañía se reinventa en una pasarela donde el tull es el principal protagonista. El año 2020 ha sido una oportunidad para reconsiderar una cultura de la vanidad en la moda de alta costura que estaba sobrecargada. Ahora hablamos de un reinicio de vestuario: una reducción posterior al bloqueo del exceso. Sin embargo, la mentalidad egocéntrica de la era de las redes sociales, del "So-Me", quiere lo que quiere. Confinado en nuestros hogares, el narcisismo digital se ha intensificado,  incluso en las videollamadas, nos enfrentamos constantemente con nuestro propio reflejo en miniatura que nos devuelve la mirada y puede llegar a volverse nuestro propio enemigo. 

Dior sorprende esta próxima temporada con una colección completamente inspirada en historias tan atemporales como La Bella y la Bestia, con una interpretación de nuestra propia situación contemporánea,  superponiendo la colección con temas de cuentos de hadas centrados en ideas de apariencia versus personaje: Cenicienta, Caperucita Roja y La Bella Durmiente, historias regrabadas por Charles Perrault en Versalles en el siglo XVIII. Una colección suspendida entre la idea del guardarropa clásico y atemporal que se siente esencial ahora, y el atractivo peligro del mundo de los cuentos de hadas.

Elegantes vestidos de colegiala negros con cuello blanco inspirados en Alicia en el país de las maravillas se materializan en cuero,  prendas de punto o baberos de cuero cortados con láser. Una correa de tobillo espinosa adornaba un par de zapatos de tacón de rubí, una referencia clara a Oz, o tal vez a Los zapatos rojos de Hans Christian Andersen.